El doctor inglés que vivía en Australia, Dr. David Goodall, decidió terminar su vida de una manera "asistida" en un hospital de Suecia. Junto a su familia, dio una conferencia de prensa en la que incluso bromeó junto a los doctores "¿por qué estamos perdiendo tanto tiempo?"
Cantó la Oda a la Alegría en alemán, recibió aplausos, se despidió de todos y luego fue llevado a una habitación en donde lo inyectaron con la pósima letal.
El doctor que no sufría de ninguna enfermedad letal, usaba la frase Ageing Disgracefully, algo así como Envejeciendo Vergonzosamente. Y
Su última comida fue el típico platillo inglés "Fish and Chips" y un cheese cake.